El cinturón de radiación interior, descubierto por los
Explorers 1 y 3, debe su existencia a la extraordinaria estabilidad de
las órbitas atrapadas cercanas a la Tierra. Es un producto secundario
de la radiación cósmica, que por si mismo tiene una baja
intensidad: la cantidad de energía de los rayos cósmicos
recibida por la Tierra es comparable a la que recibe de la luz estelar.
Solo la acumulación de partículas a lo largo de los años
hizo posible que el cinturón de radiación interior alcanzase
su alta intensidad.
Los rayos cósmicos son rápidos iones positivos, que bombardean la Tierra desde todas direcciones, llenando probablemente toda nuestra galaxia. Aunque su cantidad es pequeña, la energía de cada partícula es bastante alta, así que cuando estos iones chocan contra los núcleos de los gases atmosféricos, los fragmentos vuelan en distintas direcciones, siendo algunas de ellas partículas de vida corta creadas por la colisión. La mayoría de esas partículas son absorbidas por la atmósfera o por la tierra, pero algunas son dispersadas hacia fuera de la atmósfera, hacia el espacio. Si están cargadas eléctricamente, p.e. los electrones e iones, a menudo terminan atrapadas por el campo magnético terrestre. Sin embargo ninguna de ellas dura mucho tiempo, antes o después, deberán entrar de nuevo en la atmósfera desde las órbitas, que se elevan desde la atmósfera, donde están atrapadas.
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No obstante algunos de los fragmentos son neutrones, partículas
similares a los protones
pero sin carga eléctrica; los neutrones constituyen casi la mitad
del peso del núcleo atómico típico. No teniendo carga
eléctrica, los neutrones no están influidos por el campo
magnético terrestre y como se mueven muy rápido para que
la gravedad los atrape, normalmente escapan al espacio.
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No obstante el neutrón libre es radiactivo: en unos 10 minutos
se divide en un protón, que captura la mayor parte de la energía,
un electrón y un neutrino sin masa. Diez minutos es bastante tiempo
para una partícula rápida, el suficiente para que muchos
neutrones recorran la mitad del trayecto hasta Marte. Sin embargo, los
tiempos de transformación se estiman estadísticamente y aunque
la media es de 10 minutos, algunos neutrones se transforman muy pronto,
cuando aún permanecen dentro del campo magnético terrestre.
los protones energéticos que surgen están presos por el campo
magnético terrestre, a menudo en órbitas que no retornan
a la atmósfera, en las que el protón puede permanecer atrapado
durante mucho tiempo. Se cree que así es como se originó
el cinturón de radiación interior.
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Author and Curator: Dr. David P. Stern Last updated 20 February 2000, traducir 21 December 2000
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